En la entrada de hoy trataremos de una forma muy resumida de la prevención de robos y allanamientos.
Como hemos comentado ya en anteriores entradas, no existe una solución única aplicable a todos los casos, las particularidades de cada vivienda y de cada usuario o familia, harán necesario el estudio y diagnóstico previo de la situación para diseñar la mejor solución particular para ese caso concreto. Ahora bien, es cierto que existen unos estándares y unos mínimos que son de aplicación común.
Las barreras contra el robo
Existen una serie de barreras, que impedirán, dificultaran o lograrán disuadir del robo en un domicilio, y en grandes rasgos, son las siguientes:
- Hábitos
- Resistencia física
- Detección
- Control
- Mantenimiento
Si entramos a valorar, de manera superficial cada uno de estos puntos, encontramos que existen elementos que siempre serán de aplicación y por lo tanto mejoraran la seguridad de una vivienda evitando con ello, la intrusión y allanamiento de la vivienda.
Es importante indicar que el orden expuesto es importante, pues siempre deberán implementarse en un sistema de seguridad de manera ordenada, de lo contrario, el efecto no será el esperado, y al no trabajar siguiendo un protocolo y una metodología adecuados, el sistema no será tan eficaz como pudiera ser.
Hábitos de seguridad para prevenir robos
Los hábitos en seguridad residencial son considerados la primera línea de defensa. En términos generales, un hábito hace referencia a un acto que se toma por costumbre, en relación con la seguridad son costumbres de uso que se encuentran relacionados con el entorno y los sistemas para así aumentar el rendimiento de ciertas funcionalidades de los sistemas de protección.
Un sistema de seguridad, sin un hábito de uso específico, sufrirá una caída en su efectividad y prestaciones.
El ejemplo más claro y evidente de hábito de seguridad es cerrar siempre la puerta con llave, pues la puerta más segura del mercado, no ofrecerá ninguna resistencia si no se encuentra debidamente cerrada con llave.
Es por todo esto, que si queremos prevenir un robo, debemos utilizar y adquirir unos buenos hábitos de uso de los sistemas que tengamos a nuestro alcance, ya sean de última generación o más básicos, los hábitos de seguridad siempre serán de aplicación.
“Si queremos prevenir un robo, debemos utilizar y adquirir unos buenos hábitos”
Si desean conocer los hábitos de seguridad, pueden acceder AQUÍ, al documento que “Genoma del Robo” ha puesto a disposición de todos en su propia página web.
Resistencia física como prevención de seguridad
La segunda barrera contra el robo, y por tanto de prevención ante una posible intrusión, es la resistencia física.
Esta cualidad es la que tendrá cualquier hueco por el que se pueda acceder a la vivienda, ya esté diseñado para ello o no.
El hueco más evidente de acceso a una vivienda es el de la puerta de entrada, sin embargo, esta categoría englobará también cualquier ventana, balcón, garaje, y en general superficies acristaladas ya se encuentren las mismas en fachada o en cubierta (un ejemplo de esto mismo podría ser una claraboya en la azotea).
En Grupo VTS somos expertos en seguridad y ofrecemos la venta e instalación de puertas de seguridad en Tarragona y Reus, que confiere la mayor seguridad que podemos adquirir para un acceso a nuestra vivienda, y gracias a su robustez, tecnología y certificación, se convierte en la mejor garantía de seguridad.
La seguridad física tiene como misión retener y evitar la intrusión durante el mayor tiempo posible. Hay que entender que ningún elemento puede resistir eternamente un ataque contundente y por ello, la efectividad del elemento es considerada en función del tiempo que será capaz de resistir dicho ataque.
Es un error pensar que un elemento es más seguro únicamente por ser, sencillamente, más resistente, por tener más material o ser más pesado, la seguridad física no contempla únicamente estos aspectos, la tecnología y el diseño, son importantes.
Un elemento indispensable para la seguridad de la vivienda, y que forma parte de la seguridad física de la misma, es el cilindro de seguridad (bombín) que es el encargado de evitar la manipulación del sistema de cierre ante ataques de habilidad. Es decir, que nos protege de los ataques más dañinos que existen actualmente, aquellos que no generan ruido y que no requieren de herramientas contundentes.
«Sin resistencia, de nada servirá la detección»
Entendido este concepto, es evidente que una forma de prevenir un robo, es mejorar la resistencia física existente en nuestra vivienda.
Algunos ejemplos de elementos de seguridad relacionados con la resistencia física son:
- Cilindros de seguridad.
- Escudos acorazados.
- Cerraduras de seguridad.
- Puertas de seguridad. (no confundir con puertas blindadas)
- Ventanas de seguridad.
- Cajas fuertes.
Es importante recordar que no todos los elementos que podemos encontrar a la venta cumplen con los requisitos que debemos exigir a estos artículos, es vital que se encuentren certificados / homologados, que aporten una seguridad real hoy en día y que la instalación sea realizada por un profesional competente.
Igual de importante es tener en cuenta que la resistencia de un elemento es igual a su punto o elemento más débil.
Sistemas de detección y aviso de seguridad
Los sistemas de detección y aviso son un elemento que aporta una función importante en la seguridad residencial. Detectar la intrusión (y aún mejor si se detecta el intento de intrusión gracias a un sistema de detección anticipada), comunicar la misma a los propietarios y a las fuerzas de seguridad y con todo ello, acudir rápidamente al domicilio con la intención de evitar el robo.
Desgraciadamente, estos sistemas, por si solos, no evitaran el robo ya que si no existe la suficiente retención física, el acceso será rápido y la posibilidad de escapar con el botín, será elevada si tenemos en cuenta los tiempos de intervención policial.
«La detección debe producirse lo antes posible, por eso es recomendable sacarla al exterior de la vivienda»
Por otro lado, si el sistema dispone de capacidad de detectar al intruso, antes de que acceda a la vivienda (detección anticipada), y las medidas de seguridad física están bien proporcionadas, el aviso a las autoridades se realizará con el delincuente todavía fuera del domicilio y teniendo que enfrentarse a unas medidas de seguridad física que no podrá vulnerar en el limitado margen de tiempo del que dispondrá.
Control
Todo sistema será inútil si no disponemos de un efectivo control sobre el mismo.
En un sistema electrónico, es evidente que debemos limitar el acceso a usuarios no autorizados, ya sea mediante contraseñas y cifrados para evitar una manipulación o uso fraudulento.
Es menos evidente el caso de las llaves. La llave física de un domicilio es el corazón de la seguridad y de nada servirán los sistemas instalados si una llave cae en malas manos.
Hay diferentes formas de que esto pueda ocurrir, y cada cierto tiempo aparecen nuevas vulnerabilidades, una de las más importantes es no poder controlar quien tiene acceso a una llave y si la misma puede ser replicada. Por ello es importante mantener un correcto control de los usuarios que tienen acceso a las llaves y para ello debe existir una cadena de custodia desde la fabricación de la misma hasta la entrega al cliente final.
La mejor opción es que el cliente, mediante un código de seguridad pueda comprobar por sí mismo el número de llaves que existen para su cilindro y así tener la certeza de que no hay llaves en circulación no deseadas.
«Si la llave es vulnerada, todo el sistema es vulnerado»
Esta es una función característica, por ejemplo, del cilindro INN.KEY.SMART, que garantizará que ninguna persona dispone de una llave no contemplada por los propietarios.
Mantenimiento de los productos de seguridad
Como todo producto, la seguridad requiere de un mantenimiento, es sencillo de entender.
Un mecanismo cuyas prestaciones hayan disminuido con el paso del tiempo por falta de mantenimiento no ofrecerá las mismas características que en el momento inicial de su instalación.
«Todos los elementos requieren de mantenimiento, unos más que otros. La electrónica, por sus características siempre requerirá mayor atención y cuidado que los sistemas de seguridad física»
Los productos, deben mantenerse en óptimas condiciones de uso. Pese a que se encuentra muy instalado en el subconsciente de los usuarios que los sistemas de seguridad no requieren de mantenimiento, la realidad es que todo producto tendrá que ser cuidado de acuerdo con sus necesidades, unos elementos más que otros.
Por ejemplo, una de las grandes ventajas de la seguridad física es que tiene un mantenimiento poco exigente, no por ello, está exenta del mismo; los cilindros y cerraduras deben ser lubricados periódicamente, las bisagras ajustadas, etc.
En el caso de los elementos electrónicos, existen una serie de verificaciones a realizar periódicamente, los sistemas de alarma conectados a CRA deben ser revisados de acuerdo a la legislación vigente, los sistemas motorizados necesitarán también de su mantenimiento preventivo para evitar un fallo crítico.
En resumen, la eficacia y prestaciones de todo sistema disminuirán si no se encuentra debidamente mantenido.
Prevenir y disuadir robos o allanamientos.
En conclusión, esperamos que estas pinceladas básicas sobre la seguridad residencial, ayuden en la comprensión genérica de los sistemas de seguridad y por tanto, guíen a nuestros lectores hacia unas mayores posibilidades de evitar y prevenir los robos en sus hogares.