El cilindro de seguridad, también conocido como bombín o bombillo, es el elemento principal de la seguridad que ofrece una puerta.
Si un atacante logra vulnerar el cilindro, todo el sistema de cierre habrá sido vulnerado.
Existen, en esencia, tres formas de vulnerar un cilindro de seguridad:
Ataque de habilidad:
Consiste en lograr la manipulación del cilindro utilizando herramientas especializadas, depende de la habilidad del atacante y son extremadamente peligrosos dado que son métodos que no hacen ningún ruido y en la mayoría de ocasiones no dejan ninguna marca o indicio de que se ha producido un ataque, dificultando a posteriori recibir una compensación de nuestra compañía aseguradora.
Los ataques de habilidad más conocidos son el bumping y el ganzuado, existiendo hoy día algunos métodos más novedosos.
Para lograr una defensa óptima contra este tipo de ataques, el cilindro debe disponer de un mínimo de 12 componentes de lectura de llave y combinatoria, disponer de mecanismos anti-ganzuado y bloqueos específicos contra el bumping, adicionalmente es muy beneficioso que disponga de elemento móvil para dificultar el clonado de la llave y evitar los ataques por impresión.
Ataque físico:
Consiste en violentar el cilindro por medios contundentes, puede ser mediante la rotura del mismo, la extracción de su rotor o incluso el corte, taladrado o fresado del mismo. Son ataques que generan ruido, unos más y otros menos en función de las herramientas y métodos utilizados y por ello es necesario que el cilindro cumpla una serie de requisitos en cuanto a su resistencia.
No hay que olvidar que lo más recomendable es ceder gran parte de esta resistencia física al escudo acorazado de seguridad dado que es un elemento especialmente diseñado para afrontar este tipo de ataque.
Un bombillo debe disponer de sistemas para defenderse de un ataque violento o físico, disponiendo como mínimo de certificado según norma EN1303 en grado 6 (normativo de mínimo a cumplir), puente reforzado anti-rotura, o en su defecto sistema de rotura controlada, siendo muy recomendable que el cilindro supere un test anti-extracción y disponga de sistemas que eviten la extracción del rotor y siempre que sea posible que sea certificado VdS BZ+ dado que es la certificación más exhaustiva y estricta que existe actualmente en el mercado.
Debemos recordar una vez más que lo más recomendable pese a disponer de un cilindro con las mejores capacidades es protegerlo con un escudo acorazado de seguridad.
Conseguir una copia de la llave:
La forma más efectiva y que conlleva menos riesgo para el delincuente. Nada más fácil que tener una copia de la llave.
Es importante que la llave disponga de protocolos de control de copia y una patente activa para evitar que el atacante pueda acceder a una llave funcional de nuestra puerta.
Para procurar una efectiva protección de la llave, el cilindro deberá disponer de una patente en vigor de la llave, ficha protegida para el corte de la llave (para la creación de nuevas llaves), siendo altamente recomendable que disponga de elemento móvil patentado y control de la custodia de las llaves y las copias que se realizan.
Por último tan solo recordar que el cilindro es únicamente un elemento de un conjunto de elementos de seguridad. La resistencia de una puerta es la misma que su punto más vulnerable, no olvidemos defender todos los puntos de ataque.
Muchas gracias por leernos.