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FACTOR DE RIESGO – ¿Cuál es el tuyo?

Factor de riesgo

Si crees no tener uno, estás equivocado.

La mayoría de personas creemos estar seguros en nuestro hogar. Es una sensación común en lo que consideramos nuestro punto seguro, nuestro feudo, un lugar aparentemente invulnerable e íntimo en el que tanto nosotros mismos, como nuestra familia y nuestras propiedades se encuentran a salvo.

Esto es así debido a la percepción que tenemos en global de nuestra seguridad residencial, una sensación subjetiva que puede no ser real.

La seguridad residencial, la de nuestro hogar, debe ser analizada objetivamente mediante un estudio previo pues la seguridad no consiste en apilar soluciones sin aplicar una metodología personalizada a nuestras necesidades.

Factor de riesgo, si crees no tener uno, estás equivocado

A su vez, nuestras necesidades y las de nuestra vivienda serán únicas y distintas a las de otra persona, esto es debido a la naturaleza de cada vivienda y al factor de riesgo de cada individuo.

 

FACTOR DE RIESGO DE CADA INDIVIDUO

¿QUÉ ES EL FACTOR DE RIESGO?

Son todas aquellas circunstancias de orden delictivo a las cuales se ve expuesto el ciudadano dentro y fuera de su unidad residencial privada.

ES LA PRIMERA VEZ QUE LEO ALGO SOBRE EL FACTOR DE RIESGO – FALTA DE INFORMACIÓN

La primera causa por la que una vivienda no esté correctamente protegida contra un posible robo es la falta de información de sus ocupantes, ahora bien…

¿Cuál es la causa por la que sus ocupantes no disponen de información veraz y útil sobre esta seguridad?

El motivo más primario, proviene de la percepción de falsa seguridad comentada anteriormente, ésta a su vez, suele venir derivada de la creencia de que, como persona, como individuo, no tenemos un perfil con un determinado factor de riesgo. Esta pseudorealidad subjetiva elimina la necesidad de informarse y el conjunto deriva en una protección insuficiente.

Tenemos la creencia de que no tenemos un perfil con un determinado factor de riesgo.
No es cierto.

Es curioso ver, que con tantísima información accesible en internet, no es sencillo encontrar información sobre el factor de riesgo que tenemos frente al robo.

Existen perfiles con un factor de riesgo asociado para inversiones inmobiliarias, puestos de trabajo, por tipología de empleado, riesgo de exclusión, financiaciones, etc.

En nuestra opinión, debería ser conocido que también existe el factor de riesgo ante el robo en nuestro domicilio y afecta a todo el mundo.

Perfiles de riesgo

Relacionando el hecho de que todos tengamos un factor de riesgo y por lo tanto, todos seamos susceptibles de sufrir un robo, con otra pseudorealidad conocida en el sector de la seguridad residencial, invitamos a analizar el impacto que puede tener un robo en nuestro domicilio para intentar eliminar esa otra barrera llamada “si yo no tengo nada de valor, que entren que no encontrarán nada”.

Puede usted hacer una pequeña prueba para comprobar el impacto (Para más información sobre el impacto emocional, esté atento a nuestra próxima publicación) que puede tener en su hogar sufrir un robo aplicando la fórmula de análisis de costo que utilizamos a nivel profesional para tener al menos una idea  Es la siguiente:

K=(Cp+Ct+Cr+Ci)-(I-A).

Donde:

  • K= Coste total de pérdida.
  • Cp = Coste de remplazo permanente.
  • Ct = Coste de remplazo temporal.
  • Cr = Coste total relativo (lucro cesante).
  • Ci = Coste de ingresos perdidos.
  • I = Indemnización por seguros.
  • A = Monto de la prima de seguros.

Como podrá comprobar, todas las viviendas sufren una significativa pérdida al padecer un robo, y todo ello sin tener en cuenta el impacto emocional añadido.

Un robo siempre tiene un impacto

Debido al impacto que resulta de sufrir un robo en el hogar, es importante poder prevenirlo, el primer paso es ser conscientes de que podemos ser un objetivo más o menos suculento dependiendo de nuestro factor de riesgo.

TODOS TENEMOS UNO

Es un error común pensar que el factor de riesgo asociado es aplicable únicamente a personas públicas o notorias, no estamos hablando de magnates, de artistas conocidos, deportistas o famosos en general, cada persona tiene el suyo.

Cada persona tiene su propio factor de riesgo, no es algo exclusivo de famosos, personas públicas y empresarios de éxito.

La diferencia será la clasificación de riesgo que puede ser baja, media, alta o muy alta en función de diversos parámetros como pueden ser, notoriedad, nivel de ingresos, poder adquisitivo, patrimonio, actividad profesional y otros.

EJEMPLOS

Los siguientes ejemplos describen una realidad en cuanto a robo planificado, por otro lado, todos podemos vernos afectados por el ladrón oportunista que no escoge un objetivo por la perspectiva de botín sino por la facilidad de acceso a una vivienda protegida deficientemente.


Factor de riesgo bajo: Unidad familiar con ingresos mensuales inferiores a 2.500€. Estar en esta categoría no elimina la posibilidad de sufrir un robo, un gran porcentaje de robos son realizados sin unas grandes expectativas de botín. El ladrón es un profesional que no quiere asumir grandes riesgos durante una intrusión y por ello, escogerá las viviendas menos protegidas como objetivo.

Un gran porcentaje de robos son realizados sin unas grandes expectativas de botín.

Factor de riesgo medio: Unidad familiar con ingresos mensuales inferiores a 4.000€ y superiores a 2.500.

Un perfil que, según nuestra experiencia, no es consciente de lo atractiva que puede ser su vivienda para un ladrón si la protección es baja.

Si lo ponemos fácil, seremos vulnerables frente a los robos de oportunidad (por ser muy fácil acceder a la vivienda por medidas insuficientes o por confiarlo todo a un sistema de alarma), como frente a los robos más preparados por no haber valorado correctamente nuestro factor de riesgo.

Factor de riesgo alto: Unidad familiar con ingresos mensuales conjuntos aproximados de 4.000€ o equipamiento profesional en el hogar como podría ser diseñadores o fotógrafos por ejemplo.

Es relativamente común encontrar una combinación de salarios que sumen esos ingresos mensuales o dispongan de material profesional.

Anotamos algunos ejemplos representativos, obviamente existen infinidad de combinaciones dentro de este grupo:

  • Enfermero/a + Médico/a especialista.
  • Técnico/a cualificado/a en industria + funcionario/a.
  • Funcionario/a del Grupo A1.
  • Jubilado/a + Jubilado/a.
  • Jubilado/a con patrimonio (ingresos por rentas).
  • Autónomo/a o freelance con material profesional en el hogar o trabajos pendientes de entrega a clientes.
  • Autónomo con documentación de clientes y trabajos (extorsión).

Factor de riesgo muy alto: Personas con ingresos notablemente superiores de manera regular, personas públicas sea por su empleo o por apariciones en medios de comunicación así como personas que tengan trato directo o indirecto con ámbitos delincuenciales (jueces, abogados, policías, instituciones psiquiátricas, etc.) que pudieran verse afectados de alguna manera.

¿Cuál es tu factor de riesgo?


CAMBIO DE PARADIGMA

Después de ver estos ejemplo, que no logran englobar la totalidad de realidades, pues cada caso es único y debe tratarse como tal, podremos constatar que la realidad choca frontalmente con la percepción que teníamos sobre nuestra seguridad.


  • Creencia. Creemos no necesitar más protección.
  • Hipótesis. No me han robado porque no genero atractividad y además estoy suficientemente bien protegido.
  • Pseudorealidad percibida. Estoy a salvo.
  • Decisión. No necesito más protección.
  • Estoy expuesto a la estadística y a la suerte. Pertenezco a un perfil con un factor de riesgo concreto asociado.

Tendemos a valorar subjetivamente nuestro factor de riesgo de manera errónea, existiendo parámetros que permiten una evaluación objetiva del riesgo.

No es lo mismo sentirse seguro que estar seguro

 

ACTUAR EN CONSECUENCIA

Una vez asimilado que tenemos un factor de riesgo, el siguiente paso es mejorar la seguridad residencial, crear nuestro refugio de tranquilidad, ahora sí de forma correcta.

La forma correcta, tal y como hemos explicado diversas veces en nuestras entradas, NO es apilar mecanismos de seguridad ni salir corriendo a contratar un servicio para que esté instalado lo antes posible.

El autodiagnóstico* tan solo conllevará a tomar decisiones y a realizar inversiones que no aportarán una solución real.

*autodiagnóstico : Toma de decisiones basadas únicamente en experiencias aleatorias, el precio, creencias, catálogos comerciales, charlas, internet, junto con la ausencia de un método de diagnóstico y la insuficiente capacitación en seguridad integral, son el principal problema a resolver ante la ineficacia de los sistemas de seguridad residencial.

La forma correcta de proceder es, contactar con un profesional acreditado, evaluar la vivienda, a las personas que en ella conviven, la capacidad económica de la unidad familiar y su capacidad de recuperación en caso de robo.

Diferente proceder tendrá cada factor de riesgo y cada individuo o familia pues el eje principal de la seguridad deben ser las personas y la seguridad debe ser diseñada, de manera personalizada, con y para las personas no con el objetivo de vender un determinado producto.

La seguridad debe ser diseñada con y para las personas, no con el objetivo de vender un determinado producto.

Una vez tomada la decisión de mejorar la seguridad residencial, recomendamos continuar con la lectura de la entrada en la que realizamos una presentación inicial del análisis de posibilidad de intrusión en una vivienda, donde podrá ver una introducción a este tipo de análisis ejecutado de acuerdo con la metodología “Genoma del Robo”.

También puede obtener más información en Genoma del Robo.

Si lo desean, pueden obtener más información en el blog de Ángel Olleros, que ha sido utilizado como fuente de información para esta entrada.

 

Entrada editada: Añadido vínculo sobre el impacto emocional: https://grupovts.es/blog/impacto-emocional-de-un-robo-en-adultos-y-ninos/

 

 

 

 

 

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