Los cristales de ventanas y puertas pueden convertirse en puntos vulnerables de una propiedad, pero las láminas de seguridad son la solución a este problema: están creadas con materiales plásticos (poliéster, normalmente) transparentes y muy resistentes que se instalan sobre la superficie que queremos proteger mediante un potente adhesivo.
Con una lámina de seguridad, una ventana o una puerta de cristal podrá resistir con mayor facilidad los golpes y los impactos, lo que puede ser muy útil para repeler posibles intentos de intrusión y, en el día a día, para evitar accidentes y lesiones causadas por cristales rotos.
Las láminas de seguridad son totalmente incoloras y pueden colocarse con facilidad en vidrios de diversos tamaños y diseños. Estos productos son especialmente apropiados para negocios de riesgo o lugares en los que un vidrio roto puede causar serios problemas (centros educativos, residencias, etc.), pero también pueden instalarse en viviendas particulares y, en general, en cualquier propiedad en la que sea necesario transformar los vidrios normales en cristales de seguridad.